Las restricciones del Covid provocan el cierre del Bar ‘La Venta’ de Trigueros

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Después de casi tres años al frente del negocio, Joana Gonzalez Rebollo ha decidido echar el cierre al bar La Venta de Trigueros.
 
«Ha sido un sacrificio constante y gratificante al mismo tiempo. Siempre he buscado que cada cliente encontrara aquí su rinconcito donde disfrutar de un buen café, una buena cerveza o una buena tapa en la mejor compañía. Creo que muchos lo han sentido así, y me quedo con eso», cuenta la hasta ahora propietaria del negocio.
 
Las medidas restrictivas del Covid han sido la gota que ha colmado el vaso, aunque, dice Joana, este no ha sido el único motivo del cierre: «Ha sido por temas personales que se han sumado a las limitaciones del virus. Si no hubiéramos pasado por esta situación, probablemente hubiéramos seguido aquí, pero hemos tenido que recortar mucho, y en estrés y psicológicamente ya nos estaba afectando demasiado. Por eso, hemos decidido cerrar el negocio», lamenta.
 

Una noticia que ha calado entre los triguereños, quienes no paran de lanzar mensajes de apoyo y aliento a esta familia que ha estado al cargo durante los últimos años de este señero lugar en Trigueros. Algo que, a pesar de las circunstancias, enorgullece a Joana.

«La verdad es que estoy muy contenta porque recibo mensajes muy reconfortantes. A la gente le ha impactado mucho y a casi todos les da mucha pena, porque como ya te he dicho antes, siempre he querido que ese bar fuera como estar en casa, un lugar familiar. Y esta premisa la han cumplido mis trabajadores al pie de la letra.Hemos sido cómplices de muchos momentos y nos llevamos a muchos clientes que más que clientes han sido familia, porque para mí, entrar en ese local era como entrar en casa».

 

Pero ante todo, esta sanjuanera hace un balance positivo de este tiempo en Trigueros: «Pienso que ha sido una bonita experiencia y una etapa donde he aprendido mucho, tanto en lo laboral como en lo personal. Echaré de menos, sobre todo, las mañanas con los desayunos y los servicios en la terraza: los almuerzos al sol o las cenas al fresquito en verano… la verdad que han tenido siempre una gran demanda».

Ahora comienza para ella y su familia una nueva etapa en otro proyecto:

«Hace poco cogimos una tienda un poco para tener la seguridad de tener algo, porque sabíamos que el bar no terminaría el año. Así que de momento trabajaremos en ello. Pero sí es verdad que a mí lo que me gusta es la hostelería. Sé que es un trabajo muy sacrificado y que a veces hay que aguantar mucho, pero también es muy gratificante. Me gusta trabajar con mi hermano, que es el que ha estado siempre aconsejándome en todo, y la verdad que no descarto nada en un futuro», explica.

Desde el 13 de diciembre La Venta estará cerrada, pero Joana no quiere despedirse sin antes mandar un mensaje a esos triguereños fieles que han confiado en su negocio durante todo este tiempo:

«A mis clientes, decirles que ha sido todo un placer poder conocerlos y servir a cada uno de ellos. Quiero darles las gracias porque sin ellos, estos tres años no hubieran sido posibles.  Y que voy a echar muchísimo de menos esos ratos con ellos.

Quiero dar las gracias a cada persona que ha pasado por allí. Gracias por haber compartido con nosotros un ratito de su tiempo y, por supuesto, por esas buenas valoraciones que nos han dejado.

De verdad, gracias a cada persona que ha pasado por allí, porque tanto para bien o para mal, siempre hemos aprendido algo y nos ha ayudado a crecer».

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