El Obispo emérito D. José Vilaplana Blasco ofreció en la tarde de ayer su última misa en Trigueros a la espera de la despedida en la Diócesis de Huelva el próximo día 17.
El acto elegido fue el día en el que un grupo de 25 personas recibieron el sacramento de la confirmación en la parroquia de San Antonio Abad. 25 personas que llevaban preparándose desde el pasado mes de septiembre, dando catequesis cada 15 días hasta llegar a este precioso momento de fe que además ha llevado unido la emotiva despedida de D. José Vilaplana Blasco después de 14 años llevando el evangelio a todos los onubenses en un episcopado marcado por la cercanía.
El Obispo emérito dedicaba al pueblo de Trigueros unas palabras » De agradecimiento, porque en esta comunidad me he sentido siempre muy bien acogido. He podido compartir las devociones de Trigueros. Es una comunidad que me la llevo especialmente en el corazón y simplemente siento mucha gratitud y os invito a todos a seguir creciendo en Cristo, dando testimonio de una vida cristiana llena de vitalidad y de alegría«.
Vilaplana iniciará su nuevo camino a partir de septiembre «Cuando nos dejen entrar en Israel me voy a una comunidad franciscana a estar un año allí de retiro, de oración, de acción de gracias a Dios, para releer el evangelio en el mismo lugar donde Jesús predicó«
Cuándo le preguntábamos por lo mejor de su episcopado en Huelva, D. José destacaba sobre todo el cariño de la gente, un cariño que ayer se demostró una vez más en la iglesia de San Antonio Abad al ser despedido entre aplausos y al son de aquel «… algo se muere en el alma cuando un amigo se va».
Gracias por todo Don José, que Dios le bendiga siempre.
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