Condenados a trabajos forzosos, estos presos deciden huir padeciendo la persecución de perros que intentan morderles, la peligrosa travesía por las vías de un tren, el arriesgado tránsito por un río en el casi se ahogan, la llegada a un hotel donde acaban tomando el mando o la entrada en una iglesia donde acaban cantando góspel.
Su objetivo era llegar a un banco donde poder robar un valioso botín, que resultó ser un extraño estudio fotográfico, pues habían vuelto, torpemente, a “Los Chopos Penitenciary”.
En torno a las 22:05h de la noche, concluía la obra de teatro de la que todos pudimos disfrutar, con alguna que otra sonrisa y oyendo algunas carcajadas de los niños y niñas que observaban las escenas con intriga y humor.
El resultado fue una tarde-noche muy agradable, donde la cultura, a través del teatro, se hizo una vez más latente en Trigueros con una gran acogida y exitosa participación.