Como cada 16 de enero y siguiendo la tradición, Trigueros vive su noche mágica en torno al fuego purificador, con la celebración de “la noche de las candelas”.
Esta costumbre muy arraigada en toda Andalucía de encender “las hogueras” en honor a San Antonio Abad, o a San Antón como es conocido también este Santo en otros muchos puntos de la geografía andaluza se remonta a bastante tiempo atrás, siendo por ello que en estos lugares esta noche sea denominada “la noche de las hogueras de San Antón”.
En Trigueros esta festividad comienza varias semanas antes, cuando los vecinos y vecinas del municipio situado en pleno corazón de la campiña onubense salen al campo a recoger “la candela”, transportándola en todo tipo de vehículos hacia el pueblo.
Esas salidas se convierten en días de convivencia mutua, disfrutando de unos momentos muy agradables de compañerismo, en los cuales además del trabajo de la búsqueda y preparación de “los haces” para “la candela”, se comparten vivencias y experiencias degustando los típicos productos de la variada y rica gastronomía triguereña, todo ello dentro de un ambiente de sana camarería.
Una vez de vuelta al pueblo, cada reunión de familiares y/o de amigos que han ido a por “la candela” se pasan por la Ermita donde a lo largo de todo el año descansa la Imagen del Patrón de la localidad para dejarle “unos haces al Santo” y con el resto, llevárselo hacia el lugar donde ellos van a encender “su candela”.
La noche de “las candelas” tiene su inicio bien entrada la tarde, ya al anochecer, cuando se comienza a preparar la misma, previamente organizada por “haces en el campo”, situando “unos cimientos” en el suelo para que “la candela tire bien”, para a continuación ponerla en pie y esperar a que llegue la hora de encenderla. Ese momento se produce cuando a las 10 de la noche, las campanas de la Iglesia Parroquial de San Antonio Abad rompen su silencio comunicando que la hora de encenderlas ya ha llegado.
Conforme “cada candela va tirando y cogiendo fuerza”, supone una bella estampa ver desde una zona elevada del pueblo o desde las localidades colindantes, como el resplandor de todas ellas encendidas a la vez advirtiese que el pueblo está ardiendo en llamas.
Cuando “la candela se va agotando”, niños y mayores aprovechan para “saltarla” para a continuación, al calor de sus brasas calentarse hablando y compartiendo los productos de la matanza asados en ella y regados con buenos caldos fruto de las cepas de la extensa campiña triguereña.
Desde ese instante, la noche no se apaga y todos alrededor del “borrajo” que va dejando “la candela” comparten unos estupendos momentos acompañados de sus familiares y amigos.
En días sucesivos y hasta el viernes previo al sábado del “Traslado” del Santo” en la puerta de la Ermita, y el propio sábado del “Traslado” en la puerta del Templo Mayor triguereño, y a la conclusión de cada Novena, se encienden sendas “candelas” en las cuales poder aliviar en algo el frio de las noches de este primer mes del año
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Soy de trigueros pero no vivo en el pueblo, añoro mucho la noche de las candelas, y sobre todo las fiestas del santo un fuerte abrazo para todos los Triguereños, y Viva San Antonio Abab,